viernes, 30 de septiembre de 2011

Dicen, digo, que la Caleta es peligrosa, que secuestra voluntades







En los días del veranillo del pomelo, la mar desaparece, se vacía por entero,y es justo este el momento, en el que casi se puede llegar andando hasta el castillo cuando dicen, digo, que puede ser peligrosa. Cuando las barcas se apoyan sobre las piedras como cansadas de navegar por la Bahia.

Digo, dicen, que se ve a un chiclanero recorriendo una y otra vez toda la arena, entre los jartibles mas que morenos renegridos de tanta luz, recogiendo papeles, botes y alguna que otra tarjeta de algún bingo playero.

Dicen, digo, que Astarté aprovecha para arreglar su puerto, su templo, compartido con otros antiguos.

Dicen, digo, que tanta belleza te cause tanta fatiga, que la cabeza se te vaya, que te quedes de piedra y te pase como a Paco Alba y a Fernando Quiñones, te quedes para siempre, haga frío o calor, sople el Levante o el Poniente, mirando y admirando este lugar.

Digo, dicen, que lo mas peligroso es que este lugar te secuestre, al menos tu voluntad y entonces, ya estas perdido, porque ya no abandonaras a Cadiz y te quedaras aquí para siempre, te lo digo por experiencia.


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