martes, 1 de enero de 2013

Leyendo, soñando en Puerto III

De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; de todos los demás son extensiones de su cuerpo... Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”.
(J.L. Borges).

Cuando llegas desde la carretera de Rota a Jerez al Puerto III, mientras te vas acercando, te da la impresión de que estas en el aeropuerto Carlos Fabra de Castellón. Una gran torre de control te da la bienvenida, pero ni rastro de aviones.

Entrar en la cárcel de visita, es como realizar un viaje a otro nivel de la vida, poco a poco el tiempo va perdiendo sentido, todo va ralentizandose, por cada control que pasas, por cada espera en pasillos a que se cierre una puerta para que la siguiente se abra, vas disminuyendo la velocidad de movimiento. Hasta esas puertas, que son los únicos elementos móviles, se llegan a inmovilizar, al final lo único que se mueve a tu alrededor son personas, gente que va de aquí para allá, de actividad en actividad, sin bulla, disfrutando de este mínimo movimiento. Esto y un olor lejano, pero que me resulta familiar en esta lejanía, me anuncia que ya estamos dentro.

En uno de los pasillos nos cruzamos con un grupo de personas saliendo de permiso de fin de semana, todo el fin de semana lo llevan en una bolsa de plástico negra. Les cedemos el paso en una de las puertas que se abre sólo cuando la siguiente esta cerrada. Aquí se aplica aquello de 'antes de entrar dejen salir'

Tras los saludos, presentaciones y algún que otro arrumaco, doce personas que cumplen condena por no se que causas, ni me importa lo más mínimo, junto a Carmen y Elena de la Asociación de Personas lectoras de Cádiz, nos disponemos a compartir lecturas, que es casi como decir compartir sueños. Hoy he tenido la suerte de sentarme alrededor de una mesa con gente para leer, pero con un valor añadido, los múltiples acentos que iba escuchando, daban a cada uno de los libros una dimensión nueva; y por otra parte leer, soñar, de forma compartida, hace que el sueño se viva más como una realidad que un deseo, 'La realidad, sí, la realidad,ese relámpago de lo invisible' que habla Cernuda.

José Antonio, con un ceceo algecireño rompe el fuego, 'Relatos de lo inesperado' de Roald Dahll. El ceceo se transforma en acento belga cuando Ekram lee 'como convivir con personas neuróticas

Alguien comenta, os acordáis de JMR, de Cádiz..., si, si ese, pues su hermano le ha matado de una puñalada hace unos días en la Barriada. Caras de asombro, pero que pasan pronto a una cierta resignación ante la realidad....la noticia se cierra con dos comentarios...Pues a ese le vemos pronto en el Puerto...si en Puerto Banus remata otro.., casi al mismo tiempo que Josué, que aunque hace gala que lleva más de medio libro leído, nos concede sólo una parte del primer capítulo de 'la espada de la realidad'.

Suena Pretarca con el acento malagueño de Alberto, y un 'no es verdad ángel de amor, que en esta apartada orilla..' que en la voz de Juan Carlos, suena mucho mejor de lo que él mismo se cree, nos pasea por el Cádiz profundo que separaba la vía del tren. Luciana y Noelia, son más de coplillas flamencas.

No hace mucho, durante una de estas tardes de lecturas, Catalin, con unos ojos más grandes de los que normalmente tiene, y son grandes, pidió permiso para levantarse y dedicar una poesía de Bequer, creo; ante la mirada un poco de incredulidad del resto, y con rodilla en tierra pedía 'salir' a Claudia. Salir, relaciones, declaración de amor.. que más da, dijo con un regalo y ante los presentes, te quiero. Y me acuerdo de Lluis Llac cuando cantaba algo de que nacían flores a cada instante.

Almudena nos 'provoca' con la juventud ni ni, con el Madrid Arena y una discusión, animada, con 'fundamento', nos hace intervenir, nos hace opinar, nos hace poner de manifiesto nuestro yo, que es lo importante.

Se equivocó la paloma. Se equivocaba. Por ig al nogte, fue al sug Creyo que el trigo ega agua. Se equivocaba. ...Marie, que se llama Annie Patricia, nos despide al ritmo y a la rima de la paloma que equivocó el vuelo, pero volaba, y dormía en una orilla, seguro que de la Bahia.

Al salir, una vez desandado el camino de entrada, nos recibe una enorme luna roja y vuelvo donde las cosas se mueven, los coches circulan, las copas de los árboles son mecidas por el viento, los trenes...y durante un buen rato pienso en la venganza entre las personas, porque presiento que la cárcel es una forma de venganza.

Me acuerdo de otra canción, esta vez de Raimon: por unas cuantas horas nos sentimos libres y al sentir la libertad tenemos más fuerza para vivir.

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