viernes, 6 de junio de 2014

En la sala de espera

Publicado en el Diario de la Bahía de Cadiz

Avanzan por el descampado que sirve de frontera entre el barrio de gente con posibles y el centro de transfusiones provincial. Se conocía de sobra el camino. A primera hora de la mañana, luego se forma mucha cola, decía ella, como gallina rodeada por cuatro polluelos, avanzaban hacia la única solución que tenía por tener un RH 'conflictivo' , la transfusión de sangre periódica a cada uno de los hijos. Era el tiempo en el que buena parte de la sangre era pagada a donantes vendedores, con escasos controles, que repetían 'las donaciones' cuantas veces podían, hasta que adquirían un color blanquecino, que recordaban a historias de vampiros, - a más de una leyenda urbana dieron lugar -

Esta era la escena que le martilleaba insistentemente, mientras se disponía a pasar, una vez más, los controles de hepatitis en el hospital provincial junto a sus dos hijos. El, sus hermanos, hijos y sobrinos, todos a excepción de uno de los sobrinos pequeños habían dado positivo en las pruebas. Sus vidas habían transcurrido entre pruebas, controles, cervezas sin alcohol y alguna ocultación al principio, -¿como decir a una cría de siete años que es portadora del virus de la hepatitis? -.

Encima de la mesa de la sala de espera, entre varias revistas de papel chuché, un periódico gratuito invita a su lectura mientras la hora de la cita se acerca. En la tercera página, en la parte inferior, un titular: "El tratamiento contra la hepatitis, que cura al noventa por ciento de los casos, no lo aplicaremos, su coste es inasumible para la sanidad pública". Son las declaraciones de un subsecretario, director general, o lo que sea, del Ministerio de Sanidad.

El ritmo cardíaco se le acelera, las imágenes, de la gallina y sus pollitos atravesando aquel descampado, vuelven con más fuerza. Según avanza la lectura de la letra pequeña del artículo, que leía vocalizando en un murmullo indescifrable para el resto de las personas, le hacia subir el tono. Después se acordó de aquellos que compartían sala de espera y que un día dejaron de venir. Se acordó también de los otros que estaban ya en lista de espera para el trasplante, como única esperanza, pero que sabían que era sólo eso, esperanza, porque el transplante no llegaría. Sólo tres frases se le entendió perfectamente como resumen del artículo: 'el noventa por ciento se curan', 'su coste es inasumible para la sanidad..' , ' hijos de una mala hiena'...y fue el foco de atención de toda la sala de espera, sólo interrumpido por un nombre que anuncia la megafonia, 'pase a consulta'

Las conversaciones de la sala de espera adquieren de nuevo su ritmo. Pasa la página, en la parte superior, en un pequeño recuadro : 'confirman al juez, que el matrimonio Sepúlveda-Mato recibieron medio millón de euros en regalos, viajes y efectivo de la trama.....' , y un 'hijos de puta de la casta' hizo enmudecer de nuevo la sala.

Guarden silencio por favor, se escuchó por la megafonia

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